Premio Nobel de Literatura 2015 |
Se me ocurre que más de uno dirá que
soy un oportunista por traer a colación a la recién ganadora del premio Nobel
de Literatura, y seguramente tiene razón, pero la actualidad manda. Además,
puedo contar cómo llegué a ella.
Hará cosa de un año andaba buscando
por internet nuevas historias literarias –puesto que mi refinado paladar
no traga con los
típicos sapos de la actual literatura de masas–, y me topé con una página en la que,
junto a otros, se la mencionaba. Estos otros eran Cervantes, Kundera, Bukowsky,
Murakami, Julio Verne... ¿Y qué tienen que ver estos señores con los restantes,
que ni siquiera sé quiénes son? Uno de los nombres era el de Svetlana
Alexievich, y ahí vino la sorpresa, pues cuando me puse a leerla advertí que estaba muy bien escrita. No encontré una literatura al uso (mejor), pero me pareció que en sus
palabras se pintaba con nitidez (con rotundidad, debería decir) uno de los
espantajos que más conmueven a las gentes: la soledad.
Después de lo de Chernóbil muchos
eligieron permanecer allí, aun a sabiendas de que se estaban envenenando
lentamente con algo que no podían percibir, viviendo en la más sepulcral de las
soledades...
Lo que leí hablaba de semejante
asunto, y dado lo aficionado que es uno a eso de la soledad...
Mi enhorabuena a la autora.
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