¿Cómo? Muy
sencillo. Entra uno en este enlace,
desde el lunes
18 (de este mes de abril) al viernes 22, y baja por el morro la primera parte
de la historia, y si quiere la lee, que eso no hace mal a nadie y a lo mejor
descubre cosas que ni siquiera imaginaba. ¿Qué cosas? Pues las siguientes:
¿No han oído
hablar ustedes de la generación yeyé? Pues fue una generación que dio
bastante guerra (no como la de ahora, que van todos por la calle mirando el
móvil..., pero en fin, pasemos por alto según qué detalles). Aquella, que tuvo
que pelearse con el sistema, pero pelearse de verdad (con los grises,
por ejemplo, que no veas cómo atizaban y las carreras que pegaban, aunque
pareciera imposible hacerlo con semejantes abrigones), fue la generación que
dio a luz revolucionarios elementos hoy tan establecidos –aunque en aquellos
entonces denostados– como las melenas, los pantalones vaqueros, las minifaldas,
los biquinis y el rock and roll. ¿Se imaginan un mundo en que no existieran
semejantes ingredientes? Pues no hay
que irse muy lejos, pues de ello no hace más que cincuenta años, cuando casi no
había coches, ni casi lavadoras ni neveras, ni televisión (había una cadena en
blanco y negro, la 1, que emitía de 7 a 10 de la tarde), y no digamos nada de
los teléfonos... En fin, que aquel era otro mundo, el que ha dado paso a este,
y cuyos componentes, jovenzuelos con enormes ganas de revolver, son hoy
precisamente los padres (y en algunos casos, abuelos) de quienes todos los días
nos cruzamos en la calle...
Y no sigo, pues
me parece que es mejor que quien esté interesado en semejante asunto se aplique
al texto, que leer no es imposible, por más que muchos lo piensen.
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